domingo, 7 de agosto de 2011

PARÁBOLA DE LAS DIEZ VIRGENES


En los tiempos de Jesús, la tradición judía en las bodas era que; un grupo de amigas de la novia esperaran al novio cerca del lugar en el que se llevaría a cabo la fiesta nupcial, para iluminarle el camino con lámparas cuando este llegase, esto es lo que trata la parábola, y no, como se cree usualmente, que el novio contraerá matrimonio con las diez vírgenes, en un acto de poligimia.





EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO: CAPÍTULO 25

1Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo.

Las diez vírgenes somos la humanidad que vamos en la vida con el propósito, aun sin saberlo muchos, de encontrar a Dios.

2Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. 3Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; 4mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas.

Las prudentes son aquellos que se han preocupado de indagar y de buscar a Dios y no han cerrado sus oídos a la predicación o, si no la han tenido, se han planteado buscar a Dios fuera del aparato religioso que no le haya dado a conocer a Él, y de la sociedad, arrepintiéndose y aguardando con esperanza la venida del día de Dios. Digo esto último por aquellos que en la India o en China o África no hayan recibido predicación, pero sí hayan salido de su tierra y de su parentela como Abraham que salió de éstas para esperar que el verdadero Dios se le revelase y tuvieron fe. Estos son recibidos por Cristo en la resurrección para salvación.

Las lámparas son  nuestras almas, que necesitan del Espíritu de Dios, no solo del aliento de vida de Génesis. Las vasijas son las almas que se han convertido en recipientes del aceite o Espíritu de Dios. El aceite se obtiene por machacar aceitunas, que es el fruto del olivo. En Getsemaní, el huerto de los olivos, era donde Jesús era machacado en su aflicción y tomando la copa de nuestro pecado, destiló el aceite para que fuésemos ungidos con El Espíritu Santo, o sea, de Dios. Ahora nosotros también debemos de esforzarnos ya con el Camino abierto por Su sacrificio y resurrección, para dar frutos de Él, teniendo fe, orando sin cesar, predicando, ayudando a otros y ayunando. Leer 2 Pedro. 1-5 al 15.  No sea que nuestras lámparas no se hagan vasijas y no contengamos aceite, y nuestras lámparas se apaguen y no tengan luz cuando venga





5Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron.

Como en la vida
, parece que El Esposo, Dios, tarda en venir y nos desesperamos y nos afanamos en nuestros quehaceres y cabeceamos y nos dormimos pero con la esperanza de Él, o sin ella los insensatos.

6Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!  7Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas.  8Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. 9Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas.

Ojo que dice la escritura
"a la media noche", o sea, antes que acabe la noche, que puede ser antes de lo que pensamos. Se oye un clamor; ...y se tocará la trompeta... la voz de que viene el Esposo, a la final trompeta. Entonces todas las vírgenes, toda la humanidad se prepara para recibir al Esposo, al Señor. Entonces las insensatas, aquellos que no han querido recibir ni buscar a Dios, le piden a aquellos que le den de su aceite, de su unción, de su salvación, de su fe. Pero aquí se trata de la vida o la muerte espiritual. No se puede dar ésto a otro, pues es por fe. Id a comprar a los que venden aceite, a los que predican la fe en Cristo, en un Dios que recibe a los que se arrepienten de la inmundicia y echan de menos a Dios.

10Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta.

Demasiado tarde, ya no se vende, ya no se predica, ya ha pasado el tiempo de buscar a Dios. Arrepentíos o pareceréis predicaba el Bautista, El Señor le bendiga grandemente a este buen hermano. Las que se arrepintieron entran en el reino de Dios. Querido hermano ¡No te quedes fuera, compra aceite ahora para tu vasija, busca al Señor y arrepiéntete, no sea éste tu último día y no te de tiempo, arrepiéntete ahora y lee "
Dios y el Hombre!

11Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos!  12Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.

E
n la Biblia el sentido de conocer es el mismo que cuando se tiene acto matrimonial. Si ésto lo trasladamos al Espíritu, mira a ver si tú conoces al Señor en Su intimidad como en el capítulo de la SUNAMITA y SACERDOTE. A los que no le han amado no les conoce espiritualmente. El Esposo y las bodas, todo concuerda. ¡Conoce al Señor ahora!

13Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.

ÉXODO: CAPÍTULO 27

20Y mandarás a los hijos de Israel que te traigan aceite puro de olivas machacadas, para el alumbrado, para hacer arder continuamente las lámparas.  21En el tabernáculo de reunión, afuera del velo que está delante del testimonio, las pondrá en orden Aarón y sus hijos para que ardan delante de Yahweh desde la tarde hasta la mañana, como estatuto perpetuo de los hijos de Israel por sus generaciones.






2PEDRO: CAPÍTULO 1

5vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; 6al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad;  7a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. 8Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. 9Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados. 10Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. 11Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. 12Por esto, yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis, y estéis confirmados en la verdad presente. 13Pues tengo por justo, en tanto que estoy en este cuerpo, el despertaros con amonestación; 14sabiendo que en breve debo abandonar el cuerpo, como nuestro Señor Jesucristo me ha declarado.  15También yo procuraré con diligencia que después de mi partida vosotros podáis en todo momento tener memoria de estas cosas.





Las procesiones previas a la ceremonia constituían una parte importante del ritual, como describe Joachim Jeremias:

A última hora de la tarde los invitados se entretenían en la casa de la novia. Después de horas de esperar al novio, cuya llegada era repetidamente anunciada por mensajeros, llegaba finalmente, media hora antes de la media noche, para encontrarse con la novia; iba acompañado de sus amigos; iluminado por las llamas de las candelas, era recibido por los invitados que habían venido a encontrarse con él. La comitivia de la boda se desplazaba entonces, de nuevo en medio de muchas luminarias, en una procesión festiva hasta la casa del padre del novio, donde tenía lugar la ceremonia del matrimonio y el agasajo.



VIRGEN
Alguien que no ha tenido nunca relaciones sexuales; este término se usa generalmente de mujeres. Es traducción de dos términos heb. y un gr.
(a) Heb. b'theraquo;lepound;h, de una raíz que significa separada, que vivía guardada en casa de su padre. De ahí que por lo general significa virgen, desposada o no (
Genesis 24:16 ;
Deuteronomio 22:23 , etc.); sin embargo, en Joel 1:8 se refiere a una joven casada. En textos aram. posteriores, su equivalente se refiere a una mujer casada.
(b) Heb, 'almepound;h. Este término se traduce virgen, moza o doncella. Es el que aparece en
Isaias 7:14
en relación con la profecía de Emanuel. Ha sido objeto de muchas controversias. La postura modernista de que sólo significa muchacha o mujer joven es insostenible, a pesar de su difusión. En relación con la señal de Isaías, 'almepound;h es precisamente el término a emplear, por las siguientes razones:
(A) De todo el contexto del AT se desprende que 'almepound;h siempre se refiere a una doncella, moza, o, en todo caso, mujer soltera, nunca unida legítimamente a marido.
(B) Ello queda confirmado por la literatura ugarítica (véase UGARIT), en la que glmt, el término equivalente en ugarítico, nunca se usa de mujeres casadas, sino siempre de mozas o solteras (véase E. J. Young, The Book of Isaiah, Wm. Eerdmans, 1978, vol. 1, p. 287).
(C) Hay un solo pasaje bíblico en el que 'almepound;h puede denotar a una muchacha inmoral, pero no casada (
Proverbios 30:19
).
(D) No hay ninguna otra palabra que se pueda usar con mayor propiedad para significar una mujer no unida a un hombre, pues yaldah sólo se refiere a niñas, na'rah es aplicable a todas las mujeres, y b'theraquo;lepound;h, que según algunos exegetas habría sido el término más adecuado, no sirve tampoco al no significar unívocamente una virgen (véase [a]).
'Almepound;h es el único término heb. que significa inequívocamente una mujer soltera. En
Isaias 7:14
se afirma una señal del Señor: que una 'almepound;h concebiría y tendría un hijo. Ahora bien, todo el contexto bíblico impide que ello deba entenderse como un acto inmoral de una mujer soltera. Esta señal se refiere evidentemente a la concepción contraída por una mujer soltera y pura. Es evidente que los traductores de la LXX lo entendieron así mismo cuando, mucho antes de la vida de Jesucristo, tradujeron este pasaje en este sentido.
(c) Gr. parthenos, término gr. que significa estrictamente virgen, el término elegido por los traductores de la LXX como equivalente de 'almepound;h en el contexto de
Isaias 7:14 ; en el NT se usa de la virgen María (Mateo 1:23 , citando Isaias 7:14 ; Lucas 1:27
, de María en el relato de la Anunciación).
Además de su uso normal, se emplea también como sinónimo de devoción y fidelidad a Cristo (
2 Corintios 11:2 ).





ACEITE
tip, ALIM SACE LEYE TIPO COSM
ver, UNCIeN, UNGeENTO
Para los hebreos, se trataba eminentemente del aceite de oliva. En la descripción de la riqueza de la tierra, una de las cosas mencionadas es una tierra que fluye aceite...; entre las bendiciones mencionadas con las que Dios iba a enriquecer a Su pueblo obediente se hallaba la de que su aceite sería multiplicado (
Deuteronomio 7:13
; 8:8). Era un artículo valioso, y se empleaba para distintos propósitos.
Se usaba como:
alimento (
2 Cronicas 2:10 , 15; 11:11; Salmos 55:21
);
para ungir a los sacerdotes y a los reyes (
Levitico 8:12 ;
1 Samuel : . 10:1; 16:1, 13);
en los sacrificios de la ofrenda de alimento (Heb. minchepound;b,
Levitico 2:1 16
);
como ingrediente en el aceite de la santa unción (
Exodo 30:24 , 25); (ver UNCIeN)
como cosmético (
Salmos 23:5 ; 92:10; Lucas 7:46 );
como combustible en lámparas (
Exodo 35:8 , 14);
como emoliente (
Lucas 10:34 ).
El aceite es un tipo del Espíritu Santo (
Mateo 25:3 10; Hebreos 1:9
).
(Ver también UNGeENTO)











Las diez vírgenes (Mateo 25:1 13). La explicación de esta parábola es sencilla. La actitud normal de los cristianos es que han salido a recibir al Esposo. esta era la esperanza de los apóstoles. Después de la época apostólica, todos, en cuanto a esta esperanza, se entregaron al sueño. Puede haber habido épocas de despertamiento, pero cuando sale la última llamada, aparece el hecho solemne de que hay los que sólo tienen una forma de profesión sin Cristo, carentes del Espíritu, lámparas sin aceite, que serán excluidos. Aunque esta parábola se puede aplicar en todo tiempo y lugar al estado de la cristiandad, tiene una especial aplicación a Israel.





La parábola de las diez vírgenes nos confirma 1 Tesalonicenses 5,4 : " Pero ustedes, hermanos, no andan en tinieblas, de modo que ese día no los sorprenderá como hace el ladrón ". En el Evangelio de San Mateo, el Señor Jesucristo dijo : " Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo" ( Mateo 25,1).

Hablándonos Jesús sobre este tiempo postrero, nos dice que entonces el reino de los cielos sería semejante a diez vírgenes. Las diez vírgenes son diez creyentes con oportunidad de entrar en su reino. Esta es la situación en la que actualmente vivimos. El reino de los cielos a punto de manifestarse a toda plenitud en esta tierra, y solamente creyentes vírgenes tienen oportunidad de ser partícipes de esta magna bendición de Dios.

¿ Cómo estaban las diez vírgenes ? Tenían sus lámparas en las manos ( Mateo 25,1). La lámpara es tipo de la Biblia. El Salmo 119, 105 dice: " Lámpara es a mis pies Tu Palabra, y lumbrera a nuestro camino ". Conscientes de lo inminente de Su retorno, salieron a recibir al esposo. Es lo que estamos predicando todos los días, que hay que estar esperando a Jesús como si fuera hoy. Hoy es el día. Si

no viene hoy creemos que mañana será el día, pues todo está cumplido.

Es importante que usted se dé cuenta de que las diez eran vírgenes, pero Jesús dijo que cinco eran " prudentes" y cinco " insensatas" ( Mateo 25,2). El apóstol Pablo presentaba a los creyentes como vírgenes puras a Cristo: " Fíjense que estoy celoso de ustedes, y son celos de Dios, pues los he comprometido con Cristo, el único esposo, pensando presentárselos como una virgen pura". ( 2 Corintios 11,2). Pablo dice que los creyentes vírgenes están llenos de pureza, inmaculados, sin mancha delante del Señor. Santiago dice que no tienen amistad con el mundo, lo cual implica relacionarse con Satanás (Santiago 4,4). El Señor Jesús añade que los creyentes vírgenes llevaban sus lámparas. Quiere decir que habían tomado como su única regla de fe la Biblia y que estaban esperando al novio.

Las vírgenes prudentes tomaron sus lámparas y el aceite, las insensatas tomaron las lámparas pero el aceite no. El aceite es tipo del Espíritu Santo. Las prudentes estaban llenas del Espíritu Santo. El creyente sin la unción del Espíritu Santo no volará a las nubes, no estará preparado para el encuentro con Cristo en el Rapto, estará distraído cuando venga Cristo.





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Escrito por Douglas S. Winnail   

Hace casi dos mil años, Jesús pronunció la parábola de las diez vírgenes (Mateo 25:1-13). Para muchos, es una agradable historia bíblica sobre unas lámparas, aceite, y la preparación para una boda; sin embargo, la parábola es en realidad una advertencia sobre las condiciones que existirán en la Iglesia al final de esta era. ¡Aquellos a quienes se dirige esta parábola es a la generación que verá el regreso de Jesucristo! La parábola está vinculada con las profecías sobre los últimos días, los cuales están aconteciendo hoy (vea Mateo 24-25).

Pero exactamente, ¿cómo se relaciona la parábola con nosotros? A menudo se asume que Cristo hablaba en parábolas para aclarar el significado de sus enseñanzas, sin embargo, las Escrituras revelan exactamente lo contrario (vea Mateo 13:10-17). La Biblia indica que Dios ha ocultado el verdadero entendimiento de las Escrituras al mundo, pero que Él revela esa información vital por medio de su Espíritu a aquellos a quienes Él llama (1 Corintios 2:7-16). Aquellos que estén dispuestos a ser guiados por el Espíritu de Dios, deben buscar y entender el verdadero significado de las Escrituras. ¿Qué podemos aprender de la parábola de las diez vírgenes? ¿Qué lecciones vitales, relevantes para nosotros hoy, podemos aprender de la parábola?

¿Quiénes son?

En primer lugar tenemos que pensar: ¿Quiénes son las diez vírgenes? La parábola describe a diez vírgenes que salen a recibir al esposo (Jesucristo). Muchos estudiosos de la Biblia han descrito simplemente a las diez vírgenes como "la expectante comunidad cristiana" (Comentario Bíblico del Expositor). Muchos de los que hoy se hacen llamar "cristianos", ciertamente esperan que el Mesías regrese. La parábola, sin embargo—más poderosa de lo que muchos puedan imaginar—indica que incluso muchos cristianos verdaderos que aguardan el retorno de Cristo, no recibirán la recompensa que esperan (Mateo 7:21-23), porque no han aprendido lecciones vitales contenidas en esta parábola. Ellos estarán asombrados y sorprendidos, pero eso es lo que claramente dice la Biblia.

Se nos dice que cinco de las vírgenes eran prudentes [sabias] y que cinco eran insensatas. ¿Qué significa exactamente ser sabio o insensato? ¿Cómo define la Biblia estos términos? Usted, ¿en qué categoría se encuentra? Jesús explica que los prudentes son los que no sólo escuchan sus enseñanzas, sino que de hecho siguen esas enseñanzas (Mateo 7:24-29). ¡Jesús define a una persona insensata como alguien que escucha, pero no sigue la palabra de Dios! La gente insensata inventa razones y excusas de por qué los mandamientos e instrucciones de las Sagradas Escrituras ya no nos aplican a nosotros hoy.

El libro de Proverbios contiene definiciones adicionales. El sabio teme desobedecer la palabra de Dios y busca el conocimiento, la sabiduría y el entendimiento (Proverbios 4:4-9; 9:10); pero "los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza" (1:7)—no están dispuestos hacer el esfuerzo que se requiere para lograr satisfacer estas necesidades tan importantes. El sabio busca consejo y escucha la corrección (Proverbios 10:8), pero el necio ignora el consejo y resiente la corrección (14:16). El insensato reacciona al instante con ira ante situaciones, pero una persona prudente ignora los insultos y ejerce el dominio propio (Proverbios 12:16). Los insensatos “en su opinión” siempre tienen la razón y están totalmente convencidos de sus propias opiniones, pero la persona sabia está dispuesta a escuchar consejo (Proverbios 12:15; 28:26). La persona sabia mira hacia adelante y puede prever hacia dónde le llevan las decisiones y acciones que toma, y se esfuerza por evitar cometer errores, pero los insensatos no prevén las consecuencias de sus acciones y por lo tanto en repetidas ocasiones terminan metidos en problemas (Proverbios 22:3). Los amigos que escogemos también influyen en el tipo de persona en la que nos convertimos, ya que "el que anda con sabios, sabio será; mas el que se junta con necios será quebrantado" (Proverbios 13:20).

¡La lección que podemos aprender de esta parte de la parábola es que debemos estar alertas a la categoría en que nuestras acciones nos colocan! ¿Estamos buscando ser guiados por el espíritu de Dios y seguir las instrucciones que nos fueron reveladas por Él, o estamos continuamente buscando la manera de evitar las Escrituras para poder hacer lo que queremos? ¡La parábola indica que más del cincuenta por ciento de aquellos que se consideran miembros de la Iglesia de Dios podrían tomar decisiones insensatas! Eso debería de ser una advertencia para nosotros a medida que nos acercamos al fin de esta era.

¿Con aceite o sin aceite?

La parábola indica que las vírgenes insensatas no tomaron consigo aceite para sus lámparas, pero que las prudentes tomaron una porción extra mientras esperaban la llegada del esposo. Los comentarios ofrecen diferentes opiniones sobre lo que simboliza el aceite (p. ej. la gracia o buenas obras), sin embargo, la Biblia indica que el aceite es un símbolo del Espíritu de Dios. Cuando Saúl y David fueron escogidos como reyes de Israel, Samuel los ungió con aceite y “el Espíritu del Eterno vino sobre” ellos (1 Samuel 10:1-6; 16:13). La Biblia dice claramente que si queremos estar en el reino de Dios, tenemos que dar frutos (Mateo 3:8; Juan 15:1-8). En Gálatas 5:22-26 se enumeran los frutos del Espíritu que Dios quiere que mostremos. Estos son “amor [interés incondicional por los demás], gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza [dominio propio]”. El Espíritu de Dios es razonable y “condescendiente” (Santiago 3:17 LBLA). Otros frutos prominentes del Espíritu de Dios son la fuerza de convicción y una mente sana, con discernimiento (2 Timoteo 1:7). Aquellos que carecen de estos frutos se vuelven impacientes, no escuchan consejos, se enfocan en sí mismos, abandonan su fe, comprometen sus convicciones y no pueden discernir la verdad del error. Permiten que su suministro de aceite [el Espíritu de Dios] esté en un nivel bajo y se agote.

El Espíritu de Dios es un atributo dinámico—que fluye y refluye en nuestras vidas—dependiendo de cómo lo cuidemos y lo utilicemos. Esta es la razón por la cual Pablo amonestó a Timoteo diciendo: “que avives el fuego del don de Dios” (2 Timoteo 1:6). También se nos advierte: "No apaguéis al Espíritu" (1 Tesalonicenses 5:19).  Avivamos el Espíritu de Dios por medio de la oración regular, el estudio bíblico, el ayuno y el esfuerzo por poner en práctica los frutos de ese Espíritu—conduciéndonos de una forma amorosa y paciente, ¡aun cuando nuestra tendencia normal sea salirnos de nuestras casillas! Esto es lo que significa ser "guiados por el Espíritu de Dios" (Romanos 8:14). “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios,…somos hijos de Dios…y coherederos con Cristo” (Romanos 8:14-17). Dios da su Espíritu “a los que le obedecen”(Hechos 5:32). Sin el Espíritu de Dios, no somos cristianos verdaderos (Romanos 8:9). Si permitimos que nuestro suministro de aceite se agote, los frutos del Espíritu de Dios no van a ser evidentes en nuestras vidas y no estaremos listos para encontrarnos con Cristo cuando Él regrese. ¡Habremos desperdiciado insensatamente nuestra oportunidad de estar en la primera resurrección como primicias! Esta es otra lección vital que podemos aprender de la parábola de las diez vírgenes. ¿Cuándo fue la última vez que revisó su aceite?

Una demora reveladora

Uno de los aspectos más cruciales de la parábola es lo que ocurre cuando el esposo demora en venir. A través de los siglos, muchos han tratado de predecir cuándo regresará Cristo. Los discípulos al principio pensaban que Él regresaría durante su época (Lucas 19:11), sin embargo, la Biblia indica que habría una larga demora (Mateo 24:45-51; 25:5, 14,19). Lo que hagamos durante esa demora revela mucho sobre la convicción y profundidad de nuestra conversión. La mayoría de las personas se llenan de entusiasmo cuando por primera vez conocen la Verdad, sin embargo, con frecuencia este sentimiento se desvanece. Jesús advierte que algunos empezarán a ignorar y quebrantar los mandamientos deslizándose nuevamente hacia caminos mundanos de auto gratificación (Mateo 24:45-51). También advierte que algunos tropezarán y abandonarán la fe como resultado de pruebas y persecuciones, y otros se desviarán del rumbo en busca de riquezas y placeres temporales del mundo (Mateo 13:18-23). En la parábola de las diez vírgenes es aleccionador notar, que ¡todas se durmieron mientras esperaban el retorno de Cristo!

La reciente historia de la Iglesia de Dios es también instructiva. La literatura y las enseñanzas de la Iglesia hicieron que muchos concluyeran que Cristo podría regresar en la década de los setenta. Cuando esto no ocurrió, algunos comenzaron a ramificarse en sus propios esfuerzos religiosos. El Sr. Armstrong por mucho tiempo esperó que Cristo regresara durante su vida. Cuando murió y Cristo no regresó, algunos empezaron a poner en tela de juicio si el Sr. Armstrong podría haber estado equivocado en muchos otros asuntos. Las discusiones doctrinales y cambios subsiguientes llevaron a divisiones y más fragmentación. Hoy, muchos han rechazado las claras instrucciones y mandamientos de la Biblia, y ahora creen que el único requisito es "amar al Señor y creer en Jesús". Mucho de esto ocurrió porque Jesucristo no regresó cuando muchos esperaban que lo hiciera. Nuestro reto, y otra lección de la parábola, es aferrarnos a la Verdad y a nuestras convicciones y continuar celosamente llevando a cabo la Obra que Cristo mandó, ¡hasta su regreso! Una vez que hemos hecho un compromiso, si empezamos a mirar hacia atrás y pensar en lo que pudo haber sido o de lo que nos hemos perdido, la Biblia nos dice que no seremos “aptos para el reino de Dios” (Lucas 9:62). ¿Estamos despiertos y enfocados en la meta del Reino? ¿O nos hemos quedado dormidos? ¿Sentimos nostalgia por lo que dejamos? ¡Esta parábola debería ser un llamado de advertencia!

El clamor de medianoche

La parábola indica que cuando el esposo llegó en medio de la noche, todas las vírgenes que estaban dormidas fueron tomadas por sorpresa. ¿Cómo se relaciona esto con usted y su situación? ¿Puede usted ver la importancia de los tiempos en que vivimos? ¿Está usted consciente de las profecías específicas que se están cumpliendo, casi a diario, ante sus propios ojos? ¿O ha sido arrullado hasta dormirse por aquellos que dicen que toda profecía tiene su cumplimiento en Jesús, y que las profecías del Antiguo Testamento no tienen relación con las creencias de los cristianos del Nuevo Testamento?

¿Puede reconocer dónde se está llevando a cabo la obra de Dios hoy? ¿Quién realmente está enseñando, de acuerdo a las Escrituras (Isaías 8:20), y quién está diluyendo la Verdad y cambiando las doctrinas? ¿Quién está predicando el verdadero evangelio que Jesús y los apóstoles predicaron (Marcos 1:14-15), y quién está predicando un evangelio diferente (Gálatas 1:6-9)? ¿Quién está advirtiendo al mundo de la importancia profética de los acontecimientos noticiosos de hoy, tal como Cristo lo hizo (Mateo 24; Marcos 13; Lucas 21), y quién está predicando en el nombre de Cristo (Mateo 24:5) acerca de otro Jesús (2 Corintios 11:1-4)? ¿Puede usted identificar aquellos que son lobos que se proponen dividir y devorar el rebaño de Dios? ¿Puede percibir aquellos que están infectados con la actitud de Laodicea? Necesitamos poder ser capaces de reconocer "el clamor de la medianoche" cuando lo escuchamos, porque los siervos de Dios estarán activamente participando en dar esta advertencia (vea Isaías 58:1; Ezequiel 2; 3; 33).  Sin embargo, Satanás también tendrá ministros falsos y engañadores que estarán activos al final de la presente era—y engañarán a muchos, que como las vírgenes, ¡han empezado a cabecear! ¡No nos podemos dar el lujo de dormirnos en este tiempo tan crucial en la historia (ver 1 Tesalonicenses 5:1-6)!

Las lámparas

Las lámparas de las diez vírgenes prudentes ilustran otra importante lección. Las lámparas de las vírgenes prudentes, quienes tomaron aceite adicional en sus vasijas, ardían brillantemente. Estas lámparas que estaban llenas de aceite, eran una luz para el mundo, cumpliendo así las expectativas que Cristo tenía para sus discípulos escogidos (Mateo 5:13-16). Si estamos alimentando el Espíritu de Dios, los demás verán en nuestras vidas los frutos del amor, la obediencia, la fe y las buenas obras. Lamentablemente, las lámparas de las vírgenes insensatas se estaban apagando porque se les estaba acabando el aceite. Si empezamos a comprometer la verdad de Dios y comenzamos a ignorar o desobedecer sus leyes e instrucciones, empezaremos a perder el Espíritu de Dios. Los frutos del Espíritu de Dios comenzarán a desaparecer, y serán reemplazados por pensamientos centrados en uno mismo y acciones que a menudo son vanas y desagradables (Gálatas 5:19-21). Los pecados sexuales, las discusiones, las herejías y las divisiones aumentarán, y la unidad se evaporará en las iglesias y en las familias (1 Corintios 1:10-17). Las personas que permitan que sus lámparas lleguen a esta condición no participarán en la boda, y no cumplirán con su llamamiento de convertirse en primicias en el reino de Dios. ¡Esta es una advertencia seria! ¿Cuál es la condición de su lámpara? ¿Está ardiendo brillantemente, o se está apagando? Si no está seguro, pregúntele a otros qué ven. Pídale a Dios que le muestre la condición de su lámpara, y esté preparado para escuchar su respuesta.

No se puede tomar prestado... ¡hay que comprarlo!

Una particular lección de la parábola es que no importa la cantidad de fe, valor, carácter, convicción, estado de preparación, buenas obras o grado de conversión que usted haya alcanzado, ¡no puede ser prestado, compartido, dado a, o tomado prestado, por otra persona! Estos son atributos muy personales que forman parte de la casa espiritual que cada uno de nosotros está construyendo juntamente con Dios (1 Corintios 3:5-17). Sin embargo, las Escrituras también revelan que todo lo que construyamos sobre el fundamento, “el cual es Jesucristo”, será puesto a prueba totalmente. Si pasa la prueba, seremos recompensados, pero si no la pasa perderemos la recompensa. Por lo tanto, el cómo construimos y los materiales que utilizamos, son muy importantes. ¡Debemos construir cuidadosamente y escoger nuestras creencias sabiamente!

En este aspecto, cada uno de nosotros necesita hacerse algunas preguntas muy personales. ¿He encontrado la Verdad, y mi mente ha sido abierta para entender la Verdad? Esta es una oportunidad especial que a muy pocos se les está dando hoy (Mateo 13:10-17; Juan 6:44, 65).

¿Ha invertido usted una cantidad considerable de su corazón, mente y energías en esta "perla preciosa" que le ha sido ofrecida (Mateo 13:44-46), o tiene "comezón de oír", que prefiere escuchar "nuevas verdades y fábulas” (2 Timoteo 4:3-4)? ¿Ha examinado cuidadosamente lo que cree, o sigue sus propios sentimientos y escucha la doctrina más reciente o al hombre que viene y se autoproclama profeta o maestro (1 Tesalonicenses 5:21)? ¿Está usted buscando primeramente el reino de Dios, o le da más importancia a otras prioridades en su vida (Mateo 6:33)? ¿Está usted esforzándose por acercarse más a Dios mientras pueda ser hallado, o está dejando para después las decisiones más importantes en la vida (Isaías 55:6-9)? ¿Está usted esperando con ansias y preparándose activamente para el retorno de Cristo, o tiene la esperanza de tener más tiempo para poder disfrutar de los placeres temporeros de este mundo? Jesús dijo que nuestro tesoro (nuestra inversión de dinero, tiempo y energía) estará donde esté nuestro corazón (Mateo 6:19-21). Podemos engañar a los demás, pero a Dios no lo podemos engañar. La parábola de las diez vírgenes deja claro que no podemos entrar al reino de Dios por los esfuerzos de otro cristiano. ¡Tenemos que hacer la inversión y el esfuerzo nosotros mismos!

¿Estamos listos o no?

La última lección de la parábola tiene que ver con nuestro estado de preparación para cuando Jesús regrese. Aquellos que estén listos serán invitados a participar en la boda. Aquellos que no estén listos se la perderán, ¡aun cuando esperaban ser incluidos en las celebraciones! ¿Cómo nos preparamos para el retorno de Cristo? Las Escrituras afirman que la esposa, “se ha preparado” para “la cena de las bodas” (Apocalipsis 19:7-9). Ella creció en su entendimiento de la Verdad, aprendió a vivir por cada palabra de Dios, desarrolló un carácter cristiano fuerte y sólido, venció las pruebas, permaneció fiel y con celo perseveró hasta el final. Ella estaba lista cuando llegó el esposo. Aquellos que sigan este ejemplo serán invitados a la boda, y luego se cerrará la puerta.

Las otras personas que esperan el retorno de Cristo, y que desean asistir a la boda (pero son sorprendidos sin estar preparados) no son necesariamente gente mala. Puede ser que ellos sencillamente estén haciendo lo que ellos creen que es correcto, incluyendo "buenas obras" (Mateo 7:21-23), ¡mas no haciendo lo que Cristo les instruyó hacer! Dios nos ordena, por ejemplo: "Acuérdate del día de reposo para santificarlo" (Éxodo 20:8). Jesús y los apóstoles guardaban el día sábado (Lucas 4:16; Hechos 17:2), y éste será guardado en el reino de Dios (Isaías 66:23). Sin embargo, a la gente hoy se le dice que Dios aceptará que guardemos cualquier día como día de adoración—pero eso no es lo que Dios nos dice en su palabra, ¡y no es el ejemplo que Jesús nos dio! Para aquellos que insisten en hacer las cosas a su manera, Jesús les dice: “Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad” (Mateo 7:23).  Ellos no serán invitados a participar en la boda—porque ellos no estarán listos cuando llegue el esposo. La puerta se cerrará, ¡y ellos se quedaran de pie fuera suplicando que se les permita entrar! La pregunta que cada uno de nosotros tenemos que hacernos es: ¿Dónde vamos a estar cuando se cierre la puerta? ¿Estaremos sentados dentro con Jesucristo, o estaremos fuera—desilusionados y frustrados (Mateo 24:51)?

La parábola de las diez vírgenes contiene lecciones vitales que son extremadamente relevantes y específicamente dirigidas a aquellos que estén vivos al final de esta era. Dios inspiró estas advertencias para nuestro beneficio, porque nos ama y quiere que estemos entre sus primeros frutos en el venidero reino de Dios. ¡Necesitamos prestar atención a las advertencias y aprender las lecciones de esta importante parábola, para que no perdamos un increíble galardón!


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